Los espectáculos de Peter Brook empiezan todos con el mismo escenario despido, cubierto por un enorme siempre por un enorme tapiz, una alfombra oriental que induce a pensar otros espacios, otros universos posibles. Lejos de la cuarta pared que separa el público de la actuación, la alfombra mágica de Peter Brook es un billete para otro lugar en el imaginario, el tiempo y el espacio diversos del cotidiano, que definen la obra de arte vive que presenciamos.
EL TEATRO ES UN ARMA MUY PELIGROSA. (Frase de Meyerhold, en la obra «Why» de Peter Brook y Marie-Hélène Estienne)
LA BELLEZA ES UN ARMA MUY PODEROSA
Siempre acredité que la belleza es un arma muy poderosa y las armas aluden al universo del peligro, de ahí que la frase de Meyerhold me es familiar pues el Teatro, como obra de arte, representa también la belleza. La belleza, o estética, es inherente al arte y todo poder concierne peligro. ¿Por qué es tan peligroso el teatro? ¿El arte? ¿La belleza?
Quizás porque al hablar de belleza, hablamos de simetría, de proporción áurea, de equilibrios y el teatro, como arte viva, se refiera a las relaciones que establecemos con nuestro tiempo, con el imaginario o mismo con el inconsciente colectivo. Porque los artistas, en sus procesos creativos, desvelan secretos cuidadosamente guardados y los exponen de modo prometeico. Porque estos seres ‘inoportunos’ para los regímenes totalitarios son capaces de despertar deseos adormecidos, sueños posibles de realizarse y, peor aún, son amados – pues el amor y el deseo (Eros/ Cupido) andan juntos y son los hijos de la belleza (Venus). Además, son instintos ingobernables, de modo que los propulsores de estos fenómenos naturales, los artistas, son seres peligrosos. Al menos es esta la ecuación que parece poblar las mentes totalitarias que infunden la represión, la censura y la persecución a algo anclado en la ficción, en lo inmaterial e intangible como el arte, el teatro o el cine y los artistas, lo que, de otro modo, podría ser tachado de paranoia.
Bueno, parece que la paranoia está de vuelta, pues vemos resurgir el fascismo en el mundo y nos enfrentamos a sus armas, como bufones que somos, con nuestras espadas de papel. De papel, pero bellas. Pues sabemos que, en el fondo, no pasan de molinos de viento, como bien recordó Cervantes. Y pasarán como se de una función se tratara al cumplirse el tiempo y sus peripecias, a las cuales añadiremos las nuestras.
LA OBRA, LOS ACTORES, LA PUESTA EN ESCENA
No sé bien como se dio el proceso creativo de la obra, desde dentro, pero en la representación pude notar que tiene mucho de memoria, sobretodo de Brook, pues todo empieza con un juego divertido sobre la fábula de la creación, sobre el arte del teatro y sus técnicas para, poco a poco, ir ganando densidad.
Aun en la primera parte, se menciona a Edward Gordon Craig (1972-1966), uno de los revolucionarios del teatro contemporáneo y es digno de nota recordar que Peter Brook estuvo en su círculo de amistades en la fase final de su vida, Junto a Laurence Olivier (1907-1989) un importante actor de obras de Shakespeare y Jean-Louis Barrault (1910-1994), que fue el responsable por introducir Peter Brook en el Teatro de las Culturas, de Paris. En esta época, Craig vivía en Florencia y editaba la revista Mask.
Gordon Craig vivió una larga y proficua vida, en su trayectoria fue pareja de Isadora Duncan (1877-1927), con quien tuvo una hija, Dierdre (1906-1913) y por medio de quien conoció a Constantin Stanislavski (1863-1938), con quien colaboró en el Teatro de Moscú. Por medio de Stanislavski, conoció a Vsévolod Meyerhold (1874-1940), uno de los alumnos aventajados del gran maestro del teatro contemporáneo que desarrollo carrera propia, investigando el cuerpo y desarrollando la técnica denominada Biomecánica.
Curiosamente, Meyerhold estaba casado con la actriz Zinaida Reich (1894-1939), ambos asesinados por Stalin. El primero marido de Reich fue el poeta Sergei Yessenin (1895-1925), con quien tuvo dos hijos, todos de nacionalidad rusa. Yessenin se casó con la danzarina estadounidense Isadora Duncan en Moscú, en 1921, la pareja se separó pero no llegó a divorciarse hasta su muerte. Había un acercamiento muy grande entre estos artistas y la transmisión de conocimientos y vivencias era muy directa entre ellos; de cierto modo, Peter Brook, en su longevidad, represente en puente entre estas generaciones. Esta obra es un poco el testigo de este entramado de vidas en torno al teatro.
Los actores son maravillosos en todo, sobre todo, en sus cuerpos entrenados y obedientes a su voluntad. Dominan el escenario, la narrativa y los espacios incluso, los trasponen, al interactuar con el público. Para una actriz es estimulante ver como el dominio de los conocimientos de un arte son colocados en movimiento y ganan este ropaje vivo, de la mano de grandes actores.
El espectáculo why – Una mirada al mundo estará hasta domingo (de 28/11/2019 a 01/12/19) en el Teatro Maria Guerrero, Madrid, y es super recomendado. Los que puedan ver, no lo duden.
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